Tras muchos años de ejercicio profesional en el ámbito de las PYMES y autónomos, me he encontrado que, en la gran mayoría de los casos, el pequeño empresario, realmente desesperado por una situación actual o inminente de insolvencia, concibe inicialmente la solución legal de los concursos de acreedores como algo lejano, complicado, propio de “grandes empresas”, y sobre todo lento y muy caro.
Si tuviera que dividir a efectos la tipología del cliente-empresario-PYME, mi experiencia, tras centenares de consultas y reuniones, me dice que podríamos conformar cuatro grandes grupos de ellos.